Cuando tenía entre 8 y 10 años, durante las vacaciones de la escuela mi primo Mauricio y yo nos quedábamos al cuidado de nuestra abuela durante las mañanas, solíamos jugar en el banquito de piedra que estaba en el jardín frente a la ventana de la casa; a veces éramos indios, otras veces éramos piratas (los piratas son mis favoritos) y en muchos de los juegos perdía el que se caía del banquito, o el castigo era bajarse de este. (La foto de fondo es del banquito que aun está en la que era la casa de mi abuela.)

Un día antes de que nos enviaran esta tarea me llamó uno de los vendedores telefónicos de Banco Pichincha y me estuvo hablando durante 40 minutos, aproximadamente, sobre los seguros que ellos ofrecían. Como no había dejado de pensar en ello encontré decidí que ese sería mi tema para el afiche.