El domingo ha sido el día
de películas.
Estuve todo el día con una sábana en las manos para taparme
los ojos en el momento en el que sintiera miedo.
Sentada, esperando a
que los Oscars llegaran a mi casa en entrega directa; con la incertidumbre de
saber si al final me dejarían como recuerdo agradables experiencias o sin
sabores.
Lo más seguro es que muchos de ustedes estuvieron en la misma situación.